sábado, 5 de diciembre de 2015

Volumen 5 - Capítulo 8

Volumen 5 Capítulo 8
La Guerra Orca
Traducido por Oceans223
Corregido y editado por AM y DaniR


“¡Chwiiik!”
Weed había estado pensando mucho desde que se había convertido en orco.
‘¿Qué debería hacer para ganarme su amistad?’
Al estar acostumbrado a pensar como un ser humano, la búsqueda de una forma para acercarse a una raza completamente diferente se estaba convirtiendo en una tarea difícil. Weed ya se había acostumbrado a comunicarse con los orcos, pero aún no había podido ganar ningún amigo de verdad entre ellos. Entonces decidió que ya era hora de dejar de evitar su nueva apariencia y empezar a tomarlos por lo que eran. Tratarlos como si fueran seres humanos y compañeros en la vida real.
Al principio, pensó que sería extremadamente difícil. Pero después de tratar con ellos un poco más, se dio cuenta:
‘¡Oh! Es tan... familiar.’
De esta forma, Weed se hizo amigo de todos en su grupo rápidamente.
¡Orcos! Los orcos no eran tan diferentes de los Geomchis. ¡Duros! ¡Agresivos! ¡Violentos! ¡Si algo no era de su agrado, inmediatamente sacaban sus armas! ¡Temerarios! Incluso atacaban a rivales más fuertes sin pensárselo dos veces; sus puños actuaban más rápido que sus palabras, ¡tres o cuatro veces más rápido!
“Cógelo, esto es para ti. ¡Chwiik!”
Weed cocinaba alimentos y se los entregaba a todos los de su grupo. Los orcos eran tan indiferentes e insaciables que les gustaba absolutamente todo. Pero, incluso después de aceptarlos como lo que eran, Weed todavía tenía problemas para mezclarse en este nuevo entorno. Igual que los humanos, su sociedad también tenía sus propias normas y jerarquías.
Los orcos ordinarios, los guerreros y los exploradores estaban en el nivel más bajo de escala social de las montañas Yuroki. Eran legión, pero sólo estaban subordinados a otros orcos. Al mando de ellos estaban los Campeones orcos, los Capitanes, los Ancianos y los Jefes. Cada Capitán dirigía grupos de unos cien orcos. Los Ancianos gobernaban las aldeas. Los Jefes gobernaban y comandaban dominios constituidos por varios asentamientos.
Weed era menospreciado por todos los que estaban encima suyo en la cadena de mando.
“Karichwi no ha nacido en nuestro pueblo. ¡Chwiik!” – dudaban de sus orígenes.
“Karichwi come menos que nosotros. ¡Chwiik!” – comparaban su voracidad.
“Karichwi es demasiado guapo. ¡Chwiik!” – envidiaban su apariencia.
“¡Chwichwik! ¡Las hembras deben ser protegidas!”
Al final, ¡todos los problemas se deben a las mujeres! Los orcos estaban celosos y envidiaban a Weed por la atención femenina que tenía.
‘¡Ah, chwik! ¡Incluso convertido en orco, ¡chwiik!, el mundo no me deja en paz!’
Weed se quejaba. Debido a todos estos desafíos que los superiores le lanzaban constantemente, ¡se podría considerar que le querían ahorcar!
‘En realidad, los chicos guapos son envidiadas en todas partes.’
Decidió que el problema estaba en su temible apariencia, la cual inconscientemente había esculpido siendo humano. La única manera de arreglar todo sería comenzar a ignorar por completo la atención de las hembras. Como resultado, ellas se enfadaron aún más.
“¡Chwiik! No me gustan estas hembras. Todas vosotras, salid de mi vista. ¡Chwiik!”
Después de decir eso, las mujeres se sintieron aún más ofendidas.
“¡Chwiik! Es demasiado creído.”
“¡Bastardo insolente! ¡Chwichwik!”
“¡Desterrémosle de la aldea! ¡Chwiik!”
Las aldeanas, enfurecidas, tardaron mucho tiempo en calmarse. Pero mientras que Weed no gustaba a muchos en el asentamiento, había un buen número de orcos ordinarios que lo reconocían.
“¡Es de la casta de los ganadores! ¡Chwiiik! Este orco merece respeto. ¡Chwiik!”
“¡Chwichwik! ¡Es un buen luchador!”
“Es astuto, ¡chwiik! Podría sobrevivir en cualquier lugar.”
A menudo, Weed luchaba o iba de caza. Por orden de los Ancianos de la aldea, en aras de la paz y el desarrollo del pueblo, cada mañana se formaba una partida de caza y, por supuesto, Weed siempre estaba presente.
“¡Chwiik!”
Por lo general, la partida de caza consistía en guerreros orcos y orcos ordinarios. Normalmente luchaban contra enormes minotauros. Estos monstruos tenían un nivel que rondaba el 300.
Weed apretó la empuñadura de la alabarda.
‘¡Valiosos puntos de experiencia!’
El minotauro blandía dos hachas de color rojo sangre y tenía mucha [Vida], [Fuerza] y [Agilidad] en comparación con otros monstruos de su mismo nivel. Así que había poca gente en el juego que los cazara. Además, solían habitar en lugares donde ver jugadores era poco habitual. Pero a Weed le encantaba luchar contra monstruos de todo tipo. Como un comerciante agradece a todos los clientes, Weed saludaba alegremente a cualquier monstruo.
¡Puntos de experiencia!
¡Mejora de habilidades!
¡Objetos!
¡Dinero!
Con este incremento de dificultad, las recompensas aumentaban; y con el botín adicional, sus  futuras recompensas también aumentarían. Weed pensaba en la mejora de sus propias estadísticas y habilidades.
“¡Muuu! ¡Sucios orcos!”
Al minotauro ni siquiera le asustaban un poco sus oponentes. Los orcos ordinarios eran nivel 120 y los orcos guerreros, 210. Encima, los orcos estaban aterrorizados por la ferocidad del enemigo que se les echaba encima.
“¡Muuu! ¡Os mataré a todos!”
El minotauro ganó velocidad. Cargó, balanceando sus dos enormes hachas. Los orcos que le enfrentaban no parecían adversarios dignos.
“¡CHWII-I-IK!”
Weed saltó hacia el frente. Su enorme cuerpo voló unos diez metros y aterrizó justo al lado del minotauro.
“¡Chwiik! ¡Yo soy tu oponente!”
Tras convertirse en orco, su [Sabiduría] e [Inteligencia] se habían reducido pero la [Fuerza] y ​​la [Destreza] se habían fortalecido considerablemente. Ese era el motivo por el que usaba ataques normales en lugar de técnicas que consumían un mucho maná, de lo que ahora andaba escaso.
“¡CHWII-I-IK!”
El minotauro golpeó con una de sus hachas lo que parecía ser un obstáculo menor, pero Weed lo desvió con su alabarda. Resonó un fuerte sonido cuando las dos armas chocaron.
Los rivales se detuvieron, mirándose uno al otro.
La espada y la alabarda podían parecer similitudes, pero había mucha diferencia entre ellas. La alabarda es más ancha y más pesada, por lo que se necesita un poco de tiempo para acostumbrarse a blandirla con naturalidad. Por lo general, es un arma lenta pero destructiva.
¡Ding! ¡Ka-clang!
Salían zumbidos y chispas cada vez que la alabarda chocaba con el hacha del monstruo. Por cada golpe desviado con la alabarda, el minotauro se veía obligado a dar un paso atrás, y eso lo estaba enfureciendo. Normalmente, una alabarda tan oxidada se habría roto hacía mucho tiempo, sin embargo, Weed la había reparado, afilado y pulido hasta una agudeza extrema.
Este tipo de lucha de Weed, resistente e intensa, dio ánimos al resto de los orcos.
“¡Chwiiik!”
Finalmente, el minotauro se acobardó.
¡La horda de orcos avanzaba rápidamente! Cientos de orcos con alabardas en ristre corrían envalentonados y empezaron a atacar al monstruo. Algunos de ellos murieron a causa de los ataques del minotauro pero, a cambio, este también recibió multitud de heridas, por lo que finalmente fue abatido.
Como dice el dicho: “no es posible bloquear diez manos con una sola”. De esta manera exacta, y gracias a su ventaja numérica, los orcos empezaron a ganar batallas. Y comenzó la verdadera cacería.
Cientos de orcos armados con alabardas cazaban monstruos enormes. Aunque muchos de ellos morían, el resto se iba haciendo más fuerte. Debido a que los supervivientes iban ganando nuevos niveles, la fuerza total del grupo crecía.
Los orcos habían logrado sobrevivir a pesar de estar constantemente amenazados por muchos monstruos peligrosos. Sobrevivían gracias a su gran fertilidad. Algunos orcos morían, pero otros se hacían más fuertes y engendraban nuevos orcos; ¡y para ayudarlos llegaban más miembros de la tribu!
Aun sabiendo todo esto, Weed se aseguraba que ninguno de sus amigos muriera. Reparaba sus armas, preparaba la comida y los vendaba cuando era necesario.
¡La gran cacería continuaba!
Muchos orcos ingenuos e ignorantes recorrían las tierras de la zona cazando los monstruos que les salían al paso. Los orcos no poseían ningún tipo de técnicas especiales o armas secretas, sólo apabullaban a sus enemigos gracias a su ingente cantidad. Si una docena no era suficiente, entonces vendrían un centenar; incluso si estos morían, otros llegarían al combate. En batallas de tal magnitud, muchos orcos empezaron a reunirse alrededor de Weed.
“¡Chwichwik, ignorante Karichwi, lidéranos!".
“Karichwi, eres simple; nosotros estamos cómodos contigo. ¡Chwiik!”
Debido al alto nivel de [Liderazgo] y [Carisma] de Weed junto con la baja [Inteligencia] y [Sabiduría] de los orcos, le empezaron a considerar como a uno de los suyos. Y así fue como el grupo de orcos acepto su condición de líder.
“De acuerdo.” – asintió Weed con la cabeza a los nuevos reclutas mientras continuaba con su caza.
Por contra, al recibir el mando de los nuevos reclutas la lucha se le hacía más difícil, precisamente por su causa, ya que el que asestara el último golpe al enemigo recibiría más de la mitad de los puntos de experiencia. El resto de la experiencia se distribuía casi por igual, independientemente de la contribución a la batalla. Weed tenía que contener su codicia de puntos de experiencia.
‘Tengo que ser más listo que estos orcos codiciosos...’
Si Weed se centraba en conseguir la máxima cantidad de experiencia, corría el riesgo de perder toda la amistad conseguida con estos orcos. Al mismo tiempo, mantenerse al margen podría conducirle a una muerte no deseada. Por este motivo, Weed sólo luchaba lo imprescindible. Atacaba a los monstruos primero, haciendo tanto daño como podía, y si no había muchos orcos luchando contra el mismo monstruo, asestaba el golpe mortal.
Sin mencionar que en gran cantidad de batallas la estrategia principal a utilizar era la que uso al principio del juego con los soldados de Rosenheim en la Guarida de Litvart: aumentar desde el primer día sus estadísticas tanto como fuera posible y sólo después subir de nivel. Gracias a esta táctica, la lucha contra monstruos del mismo nivel se hacía mucho más sencilla.
Mediante la acumulación de habilidades y estadísticas diversas, se había convertido en un jugador mucho más poderoso que cualquier otro de su mismo nivel. Y con el tiempo, la diferencia continuaría aumentando.
‘Ahora hay que trabajar duro, así después será más sencillo.’
Weed era incapaz de enumerar las veces que el resto de jugadores no le habían prestado atención. Se habían dado casos de gente que llegaba al nivel 250 sin ni siquiera haber aumentado su habilidad con la espada a un nivel adecuado. Ese tipo de jugadores subían de nivel sin mejorar sus habilidades, tan sólo porque era necesario ‘un poco’ de trabajo duro.
Para Weed, esto se convirtió en una prioridad. Y estaba muy satisfecho porque los orcos cazaban más y más. Las tierras de los alrededores estaban llenas de monstruos y todo lo que tenía que hacer era luchar contra ellos, dejando las habilidades de profesión y el [Dominio de la Escultura] de lado momentáneamente.
En algún momento, Weed alcanzó el nivel 295.


* * *


El grupo de caza de Pale en el Lago de las Almas estaba en pleno apogeo. Antes, nunca se habrían  atrevido a acercarse a este lugar pero, después de haber aumentado sus niveles junto con la ayuda de Hwaryeong, Zephyr y Maylon, habían decidido darle una oportunidad.
En estas tierras se habían encontrado con espíritus de agua y peces monstruosos y terribles. Tras feroces y prolongadas batallas, la mayoría del grupo había abandonado el juego y sólo Pale y Maylon continuaron un tiempo más en el lago. A Pale le encantaba charlar largo y tendido:
“Y entonces... En realidad... Y luego...”
Pale había encontrado a una chica que le gustaba mucho. Quería contarle todo sobre su vida y aventuras en ‘Royal Road’, precisamente porque se habían conocido a través del juego. Le habló de la ciudad celestial de Lavias.
“¿Qué? ¿En serio?”
Los ojos de Maylon brillaban mientras se enteraba de los primeros pasos que Weed y él habían dado como principiantes; sus primeras misiones y la forma en que exploraron la ciudad celestial.
“¿Por qué eligió Weed la profesión de escultor?”
“Por lo que yo sé...”
Pale también hablaba mucho sobre Weed. Además, compartió el secreto que Weed había sido quien había derrotado a los vampiros en el área de Morata.


* * *


Nueva misión: [Provisiones orcas].
Muchos monstruos peligrosos secuestran a ciudadanos en los alrededores de los asentamientos. Captúralos con un grupo de caza y alimenta con su carne a los jóvenes orcos.
Dificultad: C.
Recompensas:
En función de los resultados, recibirás equipo, piedras preciosas y minerales.
Restricciones:
Sólo para la raza de los orcos. O para aquellos que sean capaces de cambiar a forma orca gracias a la magia o a métodos variados.

Los Jefes y Ancianos orcos también daban misiones, pero el Jefe orco vivía en un pueblo vecino y no era nada fácil conseguir la amistad de los Ancianos. Pero Weed no se desesperaba, y continuó cazando y haciendo multitud de misiones. No recibía ningún objeto bueno de ellas, pero los ingredientes y minerales de las recompensas eran difíciles de encontrar. Además, los monstruos que cazaba le reportaban valiosa experiencia. No sólo recibía puntos de experiencia por las muertes, sino que también adquiría nuevos conocimientos e información de la zona. La mayoría de los monstruos en las Llanuras de la Desesperación tenían nivel superior a 300 y a menudo poseían habilidades únicas. Era muy fácil cometer un error fatal en el primer encuentro.
Aliado con los orcos, Weed luchaba contra diferentes tipos de monstruos. A veces, incluso contra elfos oscuros. Pese de parecer delicados, aguantaban usando magia elemental y demostraban ser oponentes dignos. Pero esto no detenía a Weed a la hora de derrotarlos y ganar todavía más respeto dentro de la aldea de los orcos.
Así, Weed exploró la mayor parte de las Montañas Yuroki.
Para su sorpresa, la fortaleza de los elfos oscuros parecía tan amenazadora como la ciudadela de Serabourg del Reino de Rosenheim. Y con la gran cantidad de armas mágicas que tenía instaladas en los muros, la fortaleza se veía prácticamente inexpugnable.
“¡Vamos a capturarla! ¡Nos abriremos paso! ¡Nada podrá detenernos! ¡Chwiik!”


* * *


El Anciano miró a Weed cálidamente. Este orco enorme había sido capaz de reunir la carne de los depredadores más peligrosos y completar la misión. Como premio había recibido gran cantidad de minerales adecuados para forjar armas de gran calidad.
El viejo orco cerró los ojos.
“¡Chwik! Cuando te miro me acuerdo de mi juventud.”
“Gracias Anciano. ¡Chwik! – respondió Weed respetuosamente.
Por lo general, los orcos hablan con brusquedad entre sí, por lo que Weed trataba de cumplir esta norma. Pero para cada regla siempre hay una excepción y aquí estaba el Anciano; su mentor, un orco con influencias. Había ayudado a Weed a comprar una casa, le había aconsejado y, por supuesto, ofrecido varias misiones.
Sólo los orcos más famosos y poderosos, que además lograban vivir hasta una edad muy avanzada, se convertían en Ancianos. Y aunque carecían de fuerza, conservaban su influencia y conocimiento, lo que les permitía supervisar a los jóvenes Capitanes orcos.
“¡Chwiik! Ahora te contaré cosas sobre nuestras montañas...”
El Anciano ya había confiado a Weed muchas cosas interesantes anteriormente. Sobre las Montañas Yuroki, sobre todo tipo de monstruos, sobre sus habilidades y capacidades, y acerca de dónde vivían.
A veces sus discursos se prolongaban durante tanto tiempo, que le invitaban a bostezar, pero Weed quería escuchar todo con mucha atención. La mayor porte del tiempo los Ancianos guardaban información a propósito y algunas de esas historias eran realmente increíbles.
Weed absorbía ansiosamente toda la nueva información.
“Los elfos oscuros son nuestros enemigos. Recientemente han empezado a hacer cosas extrañas. ¡Chwiik!”
“¿Qué cosas extrañas? ¡Chwiik!”
El Anciano arrugó su cara, descontento.
“¡Chwiiik! Karichwi, han construido una fortaleza, del mismo modo que hacen los humanos.”
“Chwichwik. ¿Y qué pasa con eso?”
“Las paredes son muy altas y anchas. ¡Chwik! Los monstruos ya no pueden acercarse a los elfos oscuros y menos atacarlos. ¡Chwiik!”
El Anciano estaba muy triste por la situación actual. Más y más monstruos llegaban a las fronteras de la aldea, y cada día se volvían más poderosos. Para Weed, por el contrario, era una buena noticia. Mayor cantidad de monstruos significaba batallas más duras y, sobre todo, ¡más puntos de experiencia!
“¡Chwichwik! No nos gusta tener esa enorme fortaleza tan cerca de nuestro pueblo. Así que hemos decidido atacar a los elfos oscuros. Veinticinco Jefes Orcos de las tribus vecinas apoyan esta idea. Chwiik. Nos estamos preparando para atacar. Cuando el cielo se vuelva brillante y oscuro diez veces, atacaremos la fortaleza de los elfos. Karichwi: ¡únete a nosotros!”
¡Ding!
Nueva misión: [La prosperidad de las tribus orcas].

Desde hace mucho tiempo, las Montañas Yuroki han sido dominadas por los orcos. Pero ahora los elfos oscuros han decidido desafiar su posición. Gracias a su magia, su habilidad con el arco y una alianza con oscuras criaturas, se han convertido en una seria amenaza para el futuro de los orcos.
Dificultad: Misión racial.
Recompensas:
En función de los resultados, recibirás piedras preciosas y minerales.
Restricciones:
Sólo para la raza de los orcos. O para aquellos que sean capaces de cambiar a forma orca gracias a la magia o a métodos variados.


¡La guerra entre los orcos y los elfos oscuros!
¡La guerra que decidirá quién gobierna las Llanuras de la Desesperación!
Cierto que, como Weed estaba tan centrado en cazar, experimentó una pizca de remordimiento.
Estaba cazando tan bien, ganando niveles y objetos...
Pronto, las Montañas Yuroki serían el lugar de la batalla final. Aunque Weed se indignaba en su interior, mantuvo una fachada de calma para tranquilizar al anciano.
Al ver esto, el viejo orco continuó:
“¡Karichwi! ¡Si eres un orco valiente, chwichwichwik, debes tomar parte en esta batalla!”
¿Aceptas la misión? Si te niegas, puede que seas expulsado de este poblado orco.


“¡Sí! ¡Chwiik! ¡Lucharé contra esos bastardos oscuros!”


Has aceptado la misión.

* * *


Después de recibir la misión de la batalla entre las dos razas, Weed canceló la [Transformación Escultural] y bajó de las montañas. Los guerreros y los sacerdotes de Freya le estaban esperando.
“¡El Comandante ha vuelto!” – exclamó alegremente Hosram.
“Sí. ¿Cómo estáis, tenéis hambre?”
“Sí, pero no mucha.” – respondió Buren.
Weed había acumulado suministros con regularidad, recogiendo o comprando alimentos en la aldea de los orcos para dárselo después a los soldados hambrientos.
‘¡Oh! Son como sanguijuelas’
Lo cierto era que Weed no tenía ningún sentimiento paternal de querer encontrar comida para sus “hijos”. Quería simplemente gastar lo menos posible en todos estos soldados holgazanes o, como los llamaba en su mente, estos cerdos.
‘Duermen, comen, y ¡no hacen nada productivo!’
Aun así, Weed mantenía una sonrisa amistosa.
“Tranquilos, pronto os daré de comer. Cuando termine de cocinar esta carne de jabalí.”
En sus viajes a través de las montañas, no sólo cazaba monstruos, sino también animales comestibles. En la última cacería había logrado capturar a toda una familia de jabalíes.
“¡Guau! ¡Gracias, Jefe!”
Tan pronto como vieron la carne, los ojos de los soldados empezaron a brillar. Weed los asó perfectamente usando una variedad de especias y condimentos. También, por primera vez desde que bebió con el grupo de los Geomchis hacía tanto tiempo, abrió algunas de las botellas de su reserva.
“Comed y bebed mis soldados.”
“¡Gracias! ¡Delicioso!”
Los guerreros devoraban con sumo placer unos manjares extremadamente deliciosos. Pero los Caballeros Reales se quejaban constantemente.
“¡Oh! No he comido carne en mucho tiempo.”
“Esto se sirve todos los días en el interior del palacio.”
“Esto demuestra que es bastante bueno.”
“Tampoco tanto, tiene demasiado ajo y cebolla.”
Mientras los guerreros, Caballeros y sacerdotes comían, Weed se hizo cargo de su equipo.
“¡Armaduras reparadas, armas afiladas, ropa planchada!”
Examinó cuidadosamente todo el equipo y terminó justo antes de que terminara la cena.
“Todo el mundo, ¡preparaos para el combate!” – dijo Weed dirigiéndose a los soldados.
“¡Sí!” – gritaron ellos.
“¿A la batalla? De acuerdo, nos prepararemos.” – respondieron los Caballeros.
Los sacerdotes bendijeron a todos los guerreros del pequeño ejército. Los Caballeros potenciaron aún más este efecto con sus oraciones.
Weed gritó:
“¡Invoco al Caballero de la Muerte!”
“Amo, ¿me has llamado?”
Respondiendo con un movimiento de cabeza, Weed suspiró profundamente. Finalmente se quitó el Collar Carmesí de la Vida y sacó de su bolsa el Collar Negro de la Vida del Señor Vampiro Tori, el cual tenía un nivel 400, que estaba atrapado en el interior, y se lo equipó.
“¡Ufff...!”
Weed aún no era capaz de activar el collar. No es que no confiara en los Caballeros y sacerdotes, sino que en la siguiente batalla todas sus vidas se verían en peligro.
“¡Invoco al Señor Vampiro!”
Inmediatamente después de su grito, una luz escarlata floreció en medio de la oscura piedra, como si alguien hubiese dejado allí una gota de sangre. Y luego, con un destello de oscuridad, apareció un hombre alto y delgado con capa oscura y de pálida piel.
El Señor Vampiro Tori sonrió.
“¡Ooh! Ha pasado mucho tiempo desde que vi por última vez este hermoso mundo. ¿Es esta la luz del sol?”
Los colmillos del vampiro crecieron y brillaron. Sus ojos de color rojo sangre miraron con interés a las personas reunidas ante él. Tori irradiaba tal poder y autoridad que las piernas de los soldados empezaron a temblar.
Negros nubarrones salieron de ninguna parte y taparon el sol. El suelo se cubrió de una niebla fría. Weed intercambió una mirada con el Caballero de la Muerte y se lanzó hacia el Señor de los Vampiros.
No podía permitirse el lujo de sufrir las mismas pérdidas que la última vez. Tori tenía unas habilidades increíbles: convertir a sus enemigos en piedra, la transformación en murciélago y moverse a la velocidad del rayo. Y lo peor de todo era su vampirismo. Al drenar a sus víctimas, el Señor Vampiro podía restaurar su salud y maná tantas veces como fuera necesario; así que tenían que terminar esto lo más rápido posible.
‘Tanto el Caballero de la Muerte como yo nos hemos vuelto mucho más fuertes. Necesitamos agotarle tanto como nos sea posible y acabar con él gracias la ayuda de la magia de los sacerdotes. No importa lo fuerte que sea el vampiro, no va a ser capaz de manejar esto...’
Sí, se estaban enfrentando a un formidable oponente de nivel 400, pero sus guerreros no eran ordinarios tampoco. Espadas afiladas, armaduras pulidas, bonos por la comida y bendiciones sagradas.
¡Además, era de día! ¡Y estaban lejos de sus dominios!
Por lo general, las batallas contra los jefes son duras porque se fortalecen al estar en el interior de sus guaridas.
Weed contaba con trescientos soldados y con un centenar de sacerdotes. La última vez, Tori había matado a la mayoría de los paladines pero, durante el día, tendría dificultades para desatar todo su poder. A pesar de que el vampiro había cubierto el cielo con nubes oscuras, sus habilidades sólo eran realmente poderosas durante la noche. Como medida de precaución, Weed preparó su carta de triunfo: la [Destrucción de Escultura]. Intencionalmente había convocado al vampiro no muy lejos de su escultura de la Mujer Mercenaria.
‘Me gustaría evitar el uso de esa habilidad...’
Pero Tori no se movió y se quedó allí mirando.
“¡O-o-oh!”
El Señor Vampiro había visto la estatua de Seoyoon vestida de mercenaria.
“¡H-Hermoso! ¿De verdad que esto es una escultura? Incluso si convirtieras a la chica más bella del mundo en piedra, no sería comparable.”
“...”
El amenazador vampiro se había enamorado de Seoyoon.
“¡El arte! ¡Arte! ¡Arte! Es el poder que hace que esta aburrida vida eterna sea más dinámica. Los hijos de la noche amamos el arte. Debido a esta pasión había decidido quedarme en aquel antiguo castillo. ¡Todo el arte en el mundo me pertenece! ¡No me la quitarás! ¡Yo, el Señor Tori, el gran heredero de pura sangre, os castigaré, insignificantes seres humanos!”
Finalmente, ¡había comenzado la batalla contra el Señor Vampiro!
Weed y el Caballero de la Muerte se abalanzaron sobre el vampiro.
“¡[Bendición]! ¡[Hoja del escultor]!”
La bendición protectora del anillo del Sumo Sacerdote se activó inmediatamente. Weed había disipado la transformación en orco antes de bajar a la cueva, por lo que ahora tenía el suficiente maná para usar todas sus habilidades. Por lo general, Weed atacaba a su enemigo con agresividad, causándole múltiples heridas. Pero ahora actuaba de manera diferente.
¡Reunió todas sus fuerzas para un único ataque de gran poder!
Era sencillo, pero al mismo tiempo una táctica muy peligrosa: al apostar todo a un solo ataque, estaba destinado a perder ritmo y dejar hueco para un contraataque. Aun así, Weed decidió hacerlo.
“¡[Espada Kaiser]!”
Su técnica más poderosa. Gastaba todo su mana en este ataque único. Su fría espada atravesó el pecho del Señor Vampiro. Tanto la herida como la carne que la rodeaba, comenzaron a congelarse rápidamente bajo los efectos del arma. Esta nueva espada carecía de un encantamiento como la anterior, pero tenía mayor ataque y congelaba a sus víctimas. Los monstruos más débiles solían morir por el frío e, incluso si sobrevivían, su velocidad se reducía considerablemente.
Tras el exitoso ataque de Weed, la salud de vampiro cayó un 30%. El vampiro apenas se estaba recuperando cuando otro ataque lo golpeó.
“¡[Hoja mortal]!”
La espada del Caballero de la Muerte penetró por el costado de Tori. Al mismo tiempo, Weed sacó su espada y saltó hacia atrás.
“¡Uh-u-uh-a! ¡Voy a chupar vuestra sangre hasta que os quedéis secos!”
El vampiro estaba enfurecido y sus ojos parecían llenarse todavía con más sangre.
“¡[Tornado de Cuchillas]!”
La sangre de Tori salía en ráfagas de viento, como si de afiladas cuchillas se tratase, en todas direcciones. Pero Weed estaba preparado para algo así. Todos los soldados ya se habían retirado a la distancia de seguridad, incluso antes de que la pelea comenzara, y ese ataque ni siquiera se acercó a ellos. Mientras tanto, Weed y el Caballero de la Muerte cargaron justo por el centro. ¡El ojo de la tormenta es a menudo la zona más segura!
Tras evitar el hechizo, continuaron atacando a su enemigo. Rodearon a Tori mientras usaban sus ataques más poderosos.
La salud del vampiro seguía bajando rápidamente pero los sacerdotes no podían utilizar bien sus habilidades. Tan pronto como la tormenta se detuvo, todos los sacerdotes levantaron las manos para lanzar sus hechizos:
“¡[Mano de sanación]!”
El cuerpo del Señor Vampiro se recubrió de una luz brillante.
Normalmente, la gente era curada con magia blanca pero en las especies de no-muertos, a la que sin duda pertenecían los vampiros, esta tenía todo el efecto contrario.
Durante el primer minuto de la batalla, la salud de Tori ya había caído a la mitad, por lo que se vio obligado a utilizar su carta de triunfo: ¡el vampirismo!
No era capaz de beber la sangre de Caballero de la Muerte, por lo que su objetivo era Weed, que se mantenía dando vueltas a su alrededor. Pero cada vez que Tori trataba de agarrarlo, Weed se deslizaba entre sus dedos.
Los sacerdotes lanzaban constantemente sus hechizos y el estado de Tori iba rápidamente a peor.
“Yo... necesito una víctima... sediento... sangre... ¡salud!”
Al darse cuenta que su vida pronto terminaría si no hacía algo, Tori se precipitó hacia los Caballeros Reales y los soldados que protegían a los sacerdotes.
“¡Uh-a-ah-ahhhhh!”
Aterrorizados, los soldados se dispersaron en todas direcciones, sin embargo, uno cayó en las manos de Tori. Sus ojos se llenaron de desesperación.
“¡Sa… sangre!”
Tori hundió sus dientes en el cuello de su víctima. Este simple soldado, obviamente, apenas era suficiente para saciar al vampiro, pero aun así contribuiría algo en su restauración de salud y maná.
Pero mientras estaba bebiendo su sangre, los sacerdotes continuaban usando hechizos contra él y como resultado su salud no sólo no aumentó, sino que en realidad se redujo ligeramente. En ese momento, Weed saltó detrás de Tori, tratando de asestarle el golpe final y acabar así con su vida.
El Señor Vampiro Tori estalló en polvo y el soldado aterrorizado cayó al suelo. Gracias a los sacerdotes que no pararon de lanzarle hechizos de curación, consiguió sobrevivir llevándose sólo un grave susto.
Después de esta pelea, Weed comenzó a invocar al Señor Tori cada vez que regresaba al campamento. Si bien estas victorias no le daban ningún punto de experiencia, aún podía practicar sus habilidades con la espada mientras luchaba contra un poderoso oponente.
El único que no gozaban de estas batallas era el Caballero de la Muerte. No hacía mucho que había pasado por algo muy similar y en secreto se compadecía del temible vampiro.
Todos los días durante una semana Weed continuó convocando a Tori para una nueva batalla. Cada vez el vampiro se sentía más y más deprimido. Al final, inclinó la cabeza.
“Tienes todo el derecho sobre mí. Yo, el heredero de una familia noble, estoy a tus órdenes. Debido a tu importante talento en [Arte] y [Liderazgo], me confío en tus manos.”
Entonces, Tori le entregó a Weed una gota de su sangre.
¡La sangre de un vampiro! Al beber de sus víctimas, el vampiro podía dar un poco de su sangre para activar un pacto entre amo y sirviente. Sin embargo, esta vez Tori le había entregado su sangre con un juramento. Un juramento de sangre.
Objeto especial: Has recibido la sangre de un vampiro.

Cuando se usa, el maná se incrementa permanentemente en 300.
El resto de estadísticas pueden tanto aumentar como disminuir en un valor aleatorio.
[Encanto] aumenta en 20.
[Carisma] aumenta en 10.
[Magia Negra] aumenta un 2%.
[Fe] disminuye en 50.


Los objetos únicos que aumentan la reserva de maná son sumamente raros en este juego.

A partir de entonces, Weed podría convocar al Señor Vampiro Tori en cualquier momento. Iba a ser muy útil, teniendo en cuenta que los orcos finalmente habían terminado sus preparativos para la próxima batalla contra los elfos oscuros.